Benjamín Torrejón, técnico del laboratorio de Biología (Microscopia Óptica Avanzada) de Bellvitge de los CCiTUB, ha colaborado con investigadores de la Facultad de Farmacia de la UB, del departamento de nefrología del Hospital Universitario de Bellvitge y de IDIBELL, en un estudio para validar nanopartículas como herramientas para el tratamiento de diferentes enfermedades, el cual ha sido publicado en la revista European Journal of Pharmaceutics and Biopharmaceutics.
Las nanopartículas basadas en lípidos son una herramienta útil para la entrega de ácidos nucleicos y han sido consideradas como una aproximación prometedora para el tratamiento de diversas enfermedades. Sin embargo, los efectos secundarios de este tipo de tratamiento son motivo de preocupación y se han mencionado algunas estrategias para mejorar la selectividad de las nanopartículas sólidas de lípido (en inglés SLNs). El objetivo de este estudio era probar formulaciones de SLNs que incorporaban el lípido colesterol-9-carboxinonanoato (9CCN) como señal para ser internalizado, para dirigir los oligonucleótidos antagomiR dentro de los macrófagos. Se formularon cuatro SLNs, y aquellos con un diámetro medio de 200 nm y que permitían la unión de los antagomiR, fueron seleccionados para estudios in vitro. Se realizaron ensayos de viabilidad celular, eficiencia de transfección y captación celular en macrófagos in vitro utilizando citometría de flujo e imágenes confocales, y se demostró que los SLNs que incorporaban 25 mg de 9CCN eran la mejor formulación.
Posteriormente, se utilizó un antagomiR para estudiar su distribución en diferentes tejidos en el modelo in vivo (ratones) de aterosclerosis ApoE-/-, después de su administración intravenosa. Utilizando este modelo, se demostró que las SLNs con la señal fagocítica 9-CCN se dirigen a los macrófagos y liberan la carga de antagomiR de manera selectiva.
Este estudio refleja el avance en el diseño de nanopartículas para la entrega específica de fármacos mediante la utilización de señales de orientación específicas para ciertos tipos celulares. Esto puede abrir puertas a terapias más eficaces y con menos efectos secundarios para enfermedades que involucran la participación de macrófagos, como la aterosclerosis.